“Una Historia Entre Tantas”

Chantal Beato

Todo está oscuro, al menos lo está para mí. Quiero imaginar que si cierro los ojos y me quedo quieta seré capaz   de congelarme en el tiempo, poder quedarme en este instante mientras todo avanza tan rápidamente, que la gente no es capaz de darse cuenta de los sucesos a su alrededor, de lo que se están perdiendo, de lo que les está pasando, de lo que se están convirtiendo… Disfrutar del momento presente como si fuera eterno, sin pensar en lo que va a pasar en 5 minutos o en un par de años que no sabes ni siquiera si vas a vivir. Todo suena muy lindo pero todos nosotros sabemos que en la práctica las cosas no son tan sencillas, por más que intente estar siempre enfocada en el momento presente no puedo, no puedo simplemente quedarme quieta y no pensar en nada, mi mente va demasiado rápido y por más que intente hacer que se detenga simplemente no puedo.

De pronto ya me encuentro en noche vieja y yo aun sigo cantando “All I Want for Christmas”, aunque no estoy con el mejor humor del mundo por que no dormí muy bien la noche anterior y a pesar de mi cansancio y mis pocas ganas de levantarme de la cama mi abuela me despertó temprano pero sin ninguna buena razón. Siempre lo hace y lo peor es que lo hace solo por que le gusta que hagan las cosas como y cuando ella diga, lo que me pone de mal humor. No es la mejor manera de empezar el día pero generalmente mi mal humor se disipa a lo largo del tiempo, pero claro, hoy no es una de esos días y lo mejor que puedo hacer es desahogarme en mi cuaderno escribiendo alguna historia más entre tantas para escapar por un buen rato de las garras del tiempo y lo lento que suele pasar precisamente cuando no tengo ganas de hablar con nadie.¿Te acuerdas cuando dije que mi mente va demasiado rápido?, bueno pues aprendí a usar esto a mi favor para no terminar volviéndome loca, irónicamente, escribo todas las locuras que se me ocurren a modo de relatos cortos que me permiten crear mundos donde puedo ser alguien muy diferente o puedo hacer un lugar donde seamos libres de ser cada uno totalmente diferente sin ningún problema y que algo como tener una lesbiana obispa en una iglesia sea algo totalmente normal. Escribir me da el control de lo que va a pasar en cada una de estas historias, casi como si cada una de ellas fuese un mundo paralelo que he creado yo.

Por más que me guste ese escape tengo que regresar a la realidad, aunque no este de humor no puedo quedarme escribiendo todo el día. Me acuerdo de esto cuando recibo una llamada de mamá para recordarme que tenía que llegar a tiempo para esperar que dieran las doce junto a la familia. No entiendo por que mi ánimo tenia que estar tan recaído precisamente hoy, es irritante tener que ir a una celebración como esa cuando sabes que realmente no tienes ánimo para eso. Lo que me molesta no es la celebración en si, es que hoy simplemente no quiero hablar con nadie y menos salir de mi zona de confort. Puede que no lo entiendas porque no todo el mundo se deprime sin ninguna buena razón, tampoco es tan fácil de explicar, ósea, se puede decir que es como una especie de círculo vicioso donde primero te sientes mal, luego intentas mejorar buscando distracciones, terminas lleno a terapia, vas mejorando, haces todo lo posible para no recaer y luego vuelves al inicio. Cuando escribo algunas veces le doy forma, generalmente es una sombra o algo parecido a un garabato y como aquí yo tengo el control no hay forma en que yo sea quien pierda la batalla.

De todos modos tengo que ir a reunirme con mi familia para año nuevo así que solo me voy caminando mientras intento disfrutar del paisaje para calmar un poco mi mente pero en realidad termino pensando en alguna otra idea para escribir. Termino llegando más rápido de lo que esperaba y a decir verdad me siento más cómoda ahora que estoy con mi familia. Siempre me siento bien cuando estoy con ellos asi que quizá no era una mala idea venir después de todo ya que en lugar de sentirme más incomoda se me olvida que hace un rato me sentía como si estuviere en mi propio barco naufragio.

No puedo detener el tiempo ni alterarlo de alguna otra forma, pero puedo intentar vivirlo de una manera diferente, de la forma en que quiero vivirlo yo. Ahora inevitablemente le estoy escribiendo a mi yo del futuro para que pueda leer el pasado, lo interesante de esto es que si por alguna razón un día olvido totalmente mi pasado estas historias se convertirán en relatos anónimos.